Según los informes, los fanáticos de ISIS degollaron a 19 personas antes de quemar sus hogares en la última masacre trágica que azotó el Congo.
El ataque, que se cree que fue llevado a cabo por las Fuerzas Democráticas Aliadas, un grupo militante islamista con sede en la región, tuvo lugar durante el fin de semana en la aldea de Mukondo, en la provincia de Kivu del Norte.
Los atacantes vestían uniformes parecidos a los del ejército congoleño, lo que les permitió entrar en la aldea sin despertar sospechas.
Según Alain Kiwewa, administrador militar de la región, luego degollaron a decenas de personas y quemaron casas y tiendas, lo que provocó “un desplazamiento masivo de la población local”.
Un pastor local, que quiso permanecer en el anonimato por razones de seguridad, añadió que también atacaron a personas con armas de fuego y porras.
Un líder de la sociedad civil con sede en la zona, Espoir Kambale, dijo que otras ocho personas resultaron heridas y 26 casas fueron quemadas.
“Nos preguntamos cómo pudieron venir los rebeldes y atacarnos cuando pensábamos que la aldea estaba bien asegurada”, explicó Kambale. “La población está presa del pánico. Algunos residentes huyeron al monte y no regresaron.
No hubo una reivindicación inmediata de la responsabilidad por parte de las ADF, también conocidas como Provincia de África Central del Estado Islámico (ISCAP) y que se han atribuido la responsabilidad de una serie de ataques en los últimos meses, incluido uno en septiembre en un funeral que mató a más de 60 civiles.
Un soldado de las FARDC (Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo) sentado en un vehículo militar en un intercambio de disparos con miembros de las ADF (Fuerzas Democráticas Aliadas) en Opira, Kivu del Norte, el 25 de enero de 2018.
Las ADF comenzaron como una fuerza rebelde en Uganda, pero tienen su base en los bosques del vecino Congo desde finales de los años 1990 y el Estado Islámico las reconoce como una afiliada.
Sus recientes ataques han aumentado los temores de seguridad en el este del Congo, donde los rebeldes del M23, respaldados por Ruanda, han logrado un importante avance este año, lo que llevó a la administración del presidente estadounidense Donald Trump a tratar de negociar la paz.
Kambale Maboko, presidente de la sociedad civil local, dijo que varias personas habían sido secuestradas.
Añadió que las autoridades habían sido advertidas de un ataque inminente: “Hubo advertencias pero no se cumplieron y el número de muertos es muy alto”.
Aunque se desplegaron soldados para luchar contra las ADF, sus esfuerzos fracasaron en gran medida.
El modus operandi del grupo terrorista consiste en atacar pueblos indefensos antes de retirarse a los densos y casi inaccesibles bosques que cubren la región.
El este de la República Democrática del Congo ha estado plagado de violencia causada por grupos armados y milicias durante décadas.