Los líderes de las conferencias más poderosas del fútbol universitario en Estados Unidos vuelven esta semana a los debates más intensos del calendario deportivo. Tras haber recorrido recientemente Washington D.C. en una campaña conjunta para solicitar apoyo legislativo en temas clave del deporte universitario, ahora los comisionados se reúnen en un entorno mucho más familiar: una sala de conferencias en un hotel de las afueras de Dallas.
Allí, junto con los otros seis comisionados de la Football Bowl Subdivision (FBS), se retomarán las conversaciones sobre el futuro del College Football Playoff (CFP), un sistema cuya evolución también determinará el destino de muchas de estas ligas.
La reunión anual de revisión del CFP será la cuarta presencial en lo que va de 2025, y promete ser la más completa y determinante. A lo largo de tres días se abordarán temas logísticos junto a representantes de las cadenas televisivas como ESPN y ejecutivos de los tazones (bowls), pero los asuntos estructurales siguen siendo el eje central del encuentro.
Temas claves en discusión
Uno de los debates principales gira en torno al formato de siembra para el CFP 2025. Existe una propuesta impulsada por los comisionados de la Big Ten, Tony Petitti, y de la SEC, Greg Sankey, que busca establecer un modelo de siembra directa, en el cual los 12 equipos clasificados al Playoff se ordenen exclusivamente según el ranking del comité de selección.
Este sistema mantendría cinco cupos automáticos para los campeones de conferencia mejor clasificados, pero otorgaría los pases directos a la segunda ronda (bye) a los cuatro mejores equipos del ranking general. La aprobación de cualquier cambio en el formato de 2025 requiere unanimidad entre todos los participantes.
Además, se ha discutido que si se adopta este nuevo esquema, los cuatro campeones de conferencia mejor posicionados recibirían un bono adicional cercano a los 4 millones de dólares, una compensación por perder el beneficio del bye.
Según el modelo propuesto, si se hubiera aplicado en 2024, los equipos con descanso en la primera ronda habrían sido Oregon, Georgia, Texas y Penn State, mientras que los pagos adicionales habrían ido a Oregon, Georgia, Boise State y Arizona State.
Consenso difícil
Aunque algunos participantes consideran probable llegar a un acuerdo, otros expresan escepticismo. “Si fuera una persona que apuesta, diría que vamos a lograrlo”, comentó uno de los involucrados. Sin embargo, reconoció que quizá no se logre un consenso esta misma semana.
Desde otras conferencias, como la ACC con Jim Phillips y la Big 12 con Brett Yormark, se ha insistido en que cualquier cambio a partir de 2025 debe estar alineado con lo que ocurra en 2026 y años posteriores, con el fin de mantener coherencia en el formato. Si no se logra un acuerdo, el fútbol universitario podría atravesar por cuatro modelos diferentes de Playoff entre 2023 y 2026.
Una de las grandes preguntas es por qué las conferencias fuera de la Big Ten y la SEC estarían dispuestas a ceder esos dos descansos en la primera ronda en 2025. La respuesta podría estar en su deseo de obtener ventajas estratégicas en las negociaciones para 2026. Así, la siembra de 2025 podría convertirse en una ficha de intercambio. No obstante, no existe una obligación formal de tomar decisiones esta misma semana. Si no se llega a un acuerdo, el formato utilizado en 2024 seguirá vigente un año más.
Gobernanza y expansión futura
Otro punto crucial es la gobernanza del CFP. Las conferencias deben firmar un acuerdo definitivo que formalice la entrega del control casi total del formato a la Big Ten y la SEC a partir de 2026. Además, se baraja la posibilidad de ampliar el Playoff a 14 o incluso 16 equipos, algo que beneficiaría directamente a estas dos conferencias con más cupos automáticos.
No obstante, las posturas se mantienen firmes. Uno de los miembros del comité expresó: “En el pasado sentíamos que íbamos a lograr acuerdos, y al final no pasaba nada”. Otro participante añadió: “Puedo garantizar que habrá gente que no estará contenta. La única duda es quiénes serán”.
A medida que se agota el tiempo para tomar decisiones clave, la fragmentación del fútbol universitario parece cada vez más probable. Esta semana podría ser decisiva para marcar el rumbo de uno de los torneos más emblemáticos del deporte estadounidense.