La feria para el fin de semana pasado no fue solo una celebración artesanal, fue una descripción general del futuro del titanio. Dos bicicletas en particular robaron los proyectores: el reactor aerodinámico del número 22, una superbike de titanio impresa 3D y RT-cero en Mosaic, un marco de ruta de halo construido en mecanizado de precisión y artesanías tradicionales.

Diferentes filosofías, el mismo factor de miedo. Uno se inclina en la fabricación aditiva, el otro refinamiento hecho a mano. Los dos llevan el titanio a nuevos extremos y prueban cómo los ciclistas listos están listos para pagar el privilegio.

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